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Mascarillas de tela, quirúrgicas o FFP2, cuál se deberían seguir utilizando.

Al principio de la pandemia, los problemas de suministro mundial de mascarillas de categoría médica hicieron que se pidiera a la población que evitase usarlas para que las reservas se pudieran destinar a proteger al personal sanitario. En ese momento por ejemplo, organismos como el CDC (Centro de Control y Prevención de Enfermedades) de EE.UU. recomendaron que los ciudadanos utilizaran mascarillas de tela e incluso proporcionaron información sobre cómo fabricarlas con materiales domésticos.

Hay muchas personas que siguen utilizando mascarillas de tela, ya que se pueden comprar fácilmente en muchos comercios. Pero a medida que se ha ido incrementando la disponibilidad de mascarillas de calidad médica, algunos científicos han propuesto que la población utilice las de mayor protección, como las mascarillas quirúrgicas.
Esta tesis se ha visto respaldada por la aparición de variantes del SRAS-CoV-2 que serían más transmisibles, como las variantes británica y sudafricana, por lo que algunos países han hecho más estrictas sus directrices sobre los tipos de mascarillas que se pueden utilizar.

En algunos países de Europa el tema se ha tomado realmente en serio.

Por ejemplo, en Francia, después de que el presidente del comité científico de gobierno, Jean-François Delfraissy, dijera que las nuevas variantes «han cambiado completamente las reglas del juego» se han prohibido las mascarillas de tela en los colegios y se prohíben así también las caseras y otros tipos de mascarillas higiénicas comercializadas.
El Ministro de Sanidad francés, Olivier Véran, informó el 22 de enero de que los ciudadanos franceses ya no podrán usar mascarillas caseras ni ciertas mascarillas de tela fabricadas industrialmente, catalogadas como de categoría 2.
El gobierno especificó que las mascarillas de categoría 1 filtran el 95% de las partículas de 3 μm, mientras que los dispositivos de categoría 2 sólo filtran el 70%. A partir de este momento, sólo se pueden utilizar tres tipos de mascarillas: las quirúrgicas (que filtran el 95% de las partículas de 3 μm), las FFP2 (que filtran el 94% de las partículas finas) y las mascarillas de material textil de categoría 1.

Austria ha dado al respecto un paso más, declarando obligatorias las mascarillas FFP2 en los espacios públicos interiores y ofreciendo gratuitamente paquetes de estas mascarillas a todos los residentes mayores de 65 años y a los grupos familiares con rentas bajas.

Alemania ha establecido la obligatoriedad de utilizar mascarillas de tipo médico en los supermercados y en el transporte público. El alcalde de Londres, Sadiq Khan, quiere introducir un requisito similar en el sistema de transporte público de la capital británica. El periódico londinense Evening Standard informó de que la administración del alcalde estaba estudiando si los pasajeros debían cambiar a las mascarillas de categorías superiores a la vista de las nuevas variantes. El ex secretario de Sanidad de Inglaterra, Jeremy Hunt, también ha pedido que las mascarillas de protección FFP2 sean obligatorias en el transporte público y en las tiendas.

Las mascarillas de tela pueden variar en cuanto a protección. El sitio web británico en defensa consumidores “Which?” ha realizado un análisis de estos productos y elaboró una lista de las mejores mascarillas reutilizables del mercado.

El Gobierno español también hará más estrictos los requisitos para la fabricación y venta de mascarillas y según el Ministerio de Consumo, una vez que entre en vigor la orden con su publicación en el BOE, aportará una modificación para que las mascarillas que se vendan al público tengan que garantizar una filtración superior al 90% para ser consideradas mascarillas que puedan ayudar a prevenir las infecciones de Covid-19, han informado fuentes de este ministerio.
Hasta ahora, el Gobierno ha aconsejado utilizar sólo mascarillas homologadas, principalmente las desechables quirúrgicas de color azul y las FFP2 (ambas con una eficacia de filtración entre el 92 al 98 por ciento), pero no había decidido impedir la venta de otras de material que se venden en los comercios porque consideradas ‘mascarilla higiénica’, pero ahora solo podrán hacerlo las que cumplen los requisitos técnicos establecidos y además no se podrán vender fuera de su envase original.

Anteriormente, el 1 de diciembre, la Organización Mundial de la Salud actualizó sus recomendaciones para que las personas de riesgo y los mayores de 60 años debieran utilizar mascarillas médicas.

Por otro lado, en un artículo en fase de publicación en EE.UU. se ha analizado y comprobado la real eficacia de diferentes mascarillas (mascarillas N95, quirúrgicas y dos de tela) y se ha comparado con las percepciones subjetiva de protección entre mas de 700 personas.
Los resultados indican que las mascarillas de tela «bloquean entre el 62,6% y el 87,1% de las partículas finas, mientras que las mascarillas quirúrgicas ofrecen una protección media del 78,2% de las partículas finas. Las mascarillas N95 bloqueaban el 99,6% de las partículas finas».
Sin embargo, señalan que los encuestados tienden a «subestimar la eficacia de las mascarillas, especialmente las de tela». Los resultados indicaron que «también las mascarillas de tela podrían ser una herramienta útil en la lucha contra la pandemia de covid-19, pero que una mayor concienciación sobre la real eficacia de las mascarillas puede ayudar en este propósito», concluyen los investigadores.

¿Se deberían aún utilizar las mascarillas al aire libre?

El SAGE (Grupo de Asesoramiento Científico para las Emergencias) de Reino Unido está analizando esta cuestión.
En un reciente estudio centrado en el distanciamiento social físico y el uso de mascarillas a la vista de la variante B.1.1.7 del Reino Unido, el SAGE afirmó que ahora se debería reconsiderar «el uso correcto de las mascarillas en una gama más amplia de entornos en los que las personas podrían ser asintomáticas y estar muy cerca (a menos de 2 m)».
El artículo indica que «es probable que la transmisión en entornos exteriores en los que las personas están debidamente distanciadas siga siendo de bajo riesgo. Sin embargo, sigue siendo cierto que, si las personas están en estrecha proximidad durante períodos prolongados también en un lugar al aire libre, existe el riesgo potencial de transmisión por las mayores concentraciones de partículas respiratorias en las proximidades de una persona infectada. Es además posible que este riesgo de alcance sea mayor con la variante B.1.1.7».

Sin embargo, como indicó el portavoz de la OMS: «según las pruebas proporcionadas por las autoridades sanitarias y los científicos, las variantes son más transmisibles, las evidencias de que disponemos sugieren que hay una mutación en estas variantes que hace que el virus sea capaz de unirse de forma más eficiente a las células humanas; pero los modos de transmisión no han cambiado”. Además, subraya que: «es importante insistir en la observancia de la combinación de medidas que han demostrado limitar la propagación del SARS-CoV-2, entre todo: mantener el distanciamiento físico y social (unos 2mt entre personas), llevar correctamente la mascarilla, respetar la higiene respiratoria (como el toser en el codo, utilizar pañuelos desechables, etc), realizar una atenta higiene de las manos, evitar los espacios concurridos y mantener una buena ventilación».